El cáncer de mama irrumpe e interrumpe. Cuando entra en nuestras vidas, lo hace sin avisar y en pocos segundos todo lo cambia. Muchas de las actividades, proyectos y sueños que teníamos quedan paralizados de golpe, modificando nuestros planes tanto a corto como a medio y largo plazo. Uno de ellos es la maternidad.